Han pasado 8284 días

14/4/03 1:20


sillón



Te llevas el sillón corriendo, como si quisieras aligerar la culpa, como si pesara menos, como si el damasco que cubre sus muelles tuviera valor. Como si el oro fuera oro y la madera, madera. Te vas sin tiempo para ver otra cosa, sólo la primera que encuentras, grande, brillante, pesada, que tal vez trajeron un día de un lujoso anticuario londinense. Te vas con su culo en tu espalda, doblado como siempre, antes por una cosa y ahora por otra. Corres como un loco hasta que ya no puedes más, sin importarte nada ni nadie, sólo el trofeo, aquello que has robado a los que te robaron y cambiarás donde alguien cambie. Corres sin apenas fuerzas con un mueble que es como una casa, que vale por el hambre, por la sed, por el odio. Puede que seas un ladrón, un chico listo. Puede que no. Pero has de darte prisa para llegar a las ruinas donde dejar el sillón y sentarte a esperar que todo siga igual.

Fotografía de Odd Andersen. AFP

Escrito por txema

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12/4/03 1:28


erwitt



Aquel tipo despeinado y con barba de días que conduce un vehículo sucio por dentro y por fuera es un fotógrafo. Es un individuo normal, algo obsesionado por las mujeres de tanto soñar con imágenes de cuerpos ondulados que nunca posaron para su cámara y siempre hablando de qué será y qué no una buena fotografía. Aquel tipo despeinado y con barba de tres días defiende que lo importante es tener buen ojo y no buena cámara, pero el hombre que remueve el café a su lado no para de lamentarse mientras echa un perezoso vistazo al periódico. -¿Ve usted?, sólo miserias y miserias, niños muertos y gente que lo pasa mal...eso es la fotografía. El camarero asiente mientras acaba de secar un vaso y el fotógrafo se saca del bolsillo una arrugada reproducción de una instantánea de Elliott Erwitt. La deja sobre la barra y la desliza hasta su casual compañero de taberna. -¿Ve usted?, esta es una gran fotografía, es una bella fotografía, es una tierna fotografía.
El otro la toma entre sus manos y la observa. Busca con la mirada la complicidad del camarero y contesta: -Pues no sé qué tiene de buena, si al niño no se le ve ni la cara...

Elliott Erwitt, New York, 1953

Escrito por txema

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