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26/6/02 11:29
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Kaoscity recibió el mismo día la visita de 17 premios Nobel y de la esposa del presidente del Gobierno. Una concentración de cerebros en un espacio muy reducido y, en el fondo, un problema. Porque imagínense ustedes en una habitación con 17 de los más brillantes científicos mundiales y Ana Botella. ¿Física? ¿Química? ¿Matemáticas?...es difícil elegir entre tantos y tan diversos temas de conversación.
Pero una cosa les he de decir (de los científicos): en apariencia son normales aunque un poco acartonados por el desgaste neuronal. Y es más, conozco a uno que salió de la reunión para echar una meadita y se encontró con un Nobel satisfaciendo similar necesidad fisiológica. Y, claro, no pudo evitar mirar de reojo y comparar. Volvió satisfecho porque, dijo, la suya es más grande. Un consuelo.
Escrito por txema
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9/6/02 1:48
a los pies de los caballos
Ignoro si existirán cosas incorruptibles por el dinero. O si quieren, por el capital, que es la expresión técnica y ajustada. Casi todos tenemos algo de dinero, pero muy pocos tienen capital. No deja de ser curioso que los marxistas de no hace tanto se hayan entregado sin reparos a la defensa de los intereses de los poderosos grupos económicos y hayan caído en la estúpida trampa de pensar que la macroeconomía iba a poner remedio a las desigualdades. Que yo sepa, al igual que no fue Marx el descubridor de la lucha de clases tampoco son los actuales siervos del capital los inventores de la hipocresía. Que yo sepa, sigue existiendo una línea nítida que separa la izquierda de la derecha. Porque, en cualquier caso, el centro es una pura metáfora del conservadurismo, un término que no resulta agresivo, un eufemismo increíble.
Existen dos tipos de puntos de partida. Pensar que siempre ha habido ricos y pobres, poderosos y oprimidos, cultos e ignorantes..., pensar que es ése el orden natural de la cosas. O pensar que no. O, dicho de otro modo, creer que el mundo se puede cambiar o creer que no. Esa línea se traza con claridad. Antes, en España, se veía a simple vista. Ahora pretenden difuminarla a golpe de talonario mientras sufrimos progresivos ataques de flagrante casposidad. Leí el otro día unos versos de Toni Mestre en Ara o Mai y estuve pensando en la razón que le asiste cuando dice que si ocultamos a nuestros hijos la historia reciente (el hambre, la dictadura, la miseria moral...) estaremos haciéndolos "herederos de la peor herencia: dejarlos dóciles a los pies de los caballos".
Escrito por txema
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