Han pasado 8285 días

19/2/03 15:13


la rubia



Se me ocurría que lo mejor era que desapareciera la ONU. No por un desfase utópico, sino por su conversión instrumental a fines de indeseable presencia. Y no es una idea nada moderna, ni progresista; hasta ultraconservadores alcanforados como Henry Lamb, vicepresidente ejecutivo de la Environmental Conservation Organization está de acuerdo. Aunque él se queja por otros motivos y considera que Llegó la hora de dejar que las Naciones Unidas desaparezcan. Es irónico que las Naciones Unidas no hubiesen podido llegar al sitio que ocupan hoy sin el apoyo financiero y político de Estados Unidos. Si dejamos de financiar al monstruo, morirá. Claro que los socialistas de todo el mundo harán lo posible por evitarlo y poder así consolidar su poder. Llegado el momento no dudarán en imponer sanciones a Estados Unidos, lo cual forzará una confrontación entre el capitalismo y el socialismo. Y no es todo, pide no bajar la cabeza para no dejar de ser la tierra de los hombres libres y el hogar de los valientes ya que la idea de que las Naciones Unidas tienen que legitimar la política exterior es negar el concepto de soberanía nacional.. Si alguien tiene estómago pude leer aquí el artículo completo.
Y puestas así las cosas, y sin conocer qué calado tienen las opiniones del cordero ultrapatriótico, ya me empieza a caer bien la ONU, por más que sólo sirva para tocar algunos huevos.

Es el momento de Europa sin serlo, exactamente, de ese grupo de líderes de bajos vuelos atrapados por un cóctel de ignorancia, doctrina Rumsfeld y macartismo. Es el momento de la mejor Europa, la que salió a la calle a buscar el sentido común que otros perdieron tejiendo una comunidad a golpe de euros y dejando a un lado ideales y miserias que nos hicieron grandes. José María Aznar, Silvio Berlusconi y Tony Blair prefieren intervenir como adolescentes estúpidos que pelean por los favores de la rubia de las tetas grandes (léase Henry Lamb, si viene al caso) antes que como los hombres de Estado que pretenden ser. Renunciando, sin concesiones.

Me avergüenza el pretendido consenso europeo. Me avergüenzan la tibieza, las amenazas, la resolución 1441, la hipocresía de esa guerra de "última instancia" que reclama de la víctima arrodillada ante el pelotón un esfuerzo para evitar los disparos. Huele como la peor basura, apesta a burocracia y a desprecio de lo que Joseph Macé-Scaron califica con acierto como l'irruption d'une opinion publique européenne dans les débats bruxellois.

Aquí se está cociendo algo más que la simple justificación de una guerra y para entonces espero que Lamb no vuelva a confundir política exterior con política mundial y que esa opinión pública ayude a conformar una nueva realidad. De Aznar, Berlusconi y Blair no espero nada, porque la rubia de pechos voluminosos hace tiempo que tiene novio. Un loco que quiere ser presidente de los EE UU.


Escrito por txema

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2/2/03 21:58


no a la guerra



Es una cuestión de lenguaje. No existe nada menos inocuo, menos ingenuo e inofensivo que las palabras. Se puede comprobar con facilidad en las argumentaciones pro bélicas con que nos regalan estos días los aliados de Bush, incluyendo al presidente español. Aznar asegura tener información reservada de que Irak posee armas de destrucción masiva. Es decir, pretende saber lo que los demás ignoramos, el eterno argumento de aquellos que se creen tocados por un destino especial y, con ello, investidos con el poder de enviar al resto al matadero. La información reservada es como la luminosa oscuridad, refugio de políticos autoritarios; la información sin reservas es que también EE UU (a la cabeza de una larga lista) tiene ese tipo de armas y, en cambio, eso no resulta preocupante desde su punto de vista porque, supuestamente, estamos en el lado bueno de la destrucción. No vamos a ser nosotros los bombardeados, ni lo que vamos a morir, ni los que habrán de ver su dolor silenciado. Los líderes de los países democráticos que respaldan la guerra acuden al mismo recurso que critican. Piden a sus ciudadanos que tengan fe, que crean sin ver, que tomen partido por la información reservada. Aznar quiere que le creamos sin condiciones. Es así de patético.
Otro juego de palabras de dudoso encaje es el de destrucción masiva. Midiendo por cantidad, en este caso interesa, lo que sólo es mesurable en unidades. Viene a decir que los iraquíes están vinculados a las redes terroristas y que Irak y Al Qaeda son la misma cosa. Viene de decir que son capaces de matar a muchos a la vez y que eso es más grave, es motivo suficiente para acabar con ellos, que matar a muchos de uno en uno; como si unos y otros no murieran, como si hubiera diferentes destrucciones y vidas que valieran más; como si todo no fuera un simple escaparate de conveniencias cubiertas por un espeso barniz de palabras.


Escrito por txema

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