Han pasado 8285 días

29/5/03 1:12


galicia



Nací en Galicia. Eso es inevitable. Si te toca ya no hay vuelta. He recorrido más de una vez en un fin de semana los más de mil kilómetros que separan mi actual residencia de A Costa da Morte. De Corme, para ser exactos. Recogí lo que pude del petróleo del Prestige. Menos de lo que hubiera querido, siempre es menos de lo que uno quiere y más de lo que uno no desea. Es así. Mi padre, que nació en Galicia y hace mucho que no vive allí, anduvo jodido un tiempo cuando supo de mis viajes de voluntario. "Que les den, para qué pusieron a Fraga...". Entiendo al viejo. Y él me entiende. Somos gallegos exiliados. Y comprendo a los que se indignan ahora tras ver los resultados de las elecciones locales. Sieyin, por ejemplo. Pero no estoy de acuerdo. El argumento es correcto, y la trama, pero no el final. No voy a entrar en lo personal. Hice amigos allí y ellos no son la razón aunque formen parte de ella. También es cierto que pagamos impuestos. Como lo es que si circulo por una carretera y veo un accidente puedo llamar por teléfono y que la ambulancia que pago con mis impuestos se haga cargo de los heridos y como lo es que no hablo de solidaridad, odio la solidaridad igual que amo la justicia. Pero he de parar. He de ir. No espero que nadie cambie su voto por algo, votar es personal. No espero que nadie me dé las gracias pateando traseros políticos ajenos. No espero nada. Anduve por Corme recogiendo petróleo y eso es todo. Y me tomé unas copas en el bar de Suso Lista con mis amigos. Eso no me da derecho a decidir por otros, ni a enfadarme porque voten al dinosaurio o al cacique del pueblo. Eso es lo que creo, sinceramente.


Escrito por txema

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20/5/03 3:13


migoya



Desde que los editores publican cualquier cosa, desde que cualquiera que publica cualquier cosa se considera escritor (que lo es, en sentido estricto) y literato (que, a menudo, no) y desde que cualquiera que publica cualquier cosa que, por los motivos más dispares, genera una mínima polémica y le sirve para presentarse como mártir de la causa artística. Desde ese momento siento una terrible vergüenza ajena. Me he leído el relato de Hernán Migoya que lleva por título El Violador, del almost famous libro Todas Putas. Dicen que la directora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, encargó el libro tras la lectura del relato en internet para publicarlo en la editorial de la que es copropietaria. No creo que haga apología de la violación, es ficción y ya explicaba Jaime mejor que yo lo que ocurre con estas cosas y con las campañas electorales. Simplemente, me pregunto cómo alguien que no sabe leer tiene una editorial y alguien que no sabe escribir es escritor. Y me da lástima que algún árbol haya sufrido para nada.

El enlace lo hallé en Texto casi diario.


Escrito por txema

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