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12/6/03 1:41


audiencias



Audiencia. Número de espectadores. Dar al público lo que demanda. Falacias. Simples mentiras, puras y duras, que damos por buenas, por ciertas. Así, sin más. A propósito del triunfo de lo que se ha dado en denominar telebasura, por ejemplo, o a propósito de tantas otras realidades, me gustaría mostrar que los espectadores no vemos lo que dicen que vemos. Para comenzar, hemos de saber quién mide las audiencias: La multinacional Taylor Nelson Sofres . Y lo hace, aseguran, "con precisión, rigor, transparencia e innovación". El sistema que se emplea para medir el número de espectadores que contempla un programa de televisión consiste en un dispositivo, llamado audímetro, que controla la actividad de los televisores en 3.305 hogares españoles, según los datos que ofrece la propia empresa. Los residentes en esas viviendas auditadas durante las 24 horas al día perciben dinero por tener instalado el aparato. Haciendo un sencillo cálculo podemos deducir que basta con que en 1.000 de esos hogares se vea un programa concreto para deducir, la empresa suele hacerlo empleando cifras que no están redondeadas para que sean más creíbles, que varios millones de españoles lo han visto.

Bien. Lo que no sabemos, ni sabremos, es cómo es de representativa la muestra. Ni en base a qué criterios está realizada, ni cómo (si fuera el caso) se ha obtenido la información sobre los usuarios que tienen instalado el aparatito. Tampoco sabemos qué ocurre con los cientos de miles de hogares en los que no hay tiempo suficiente para ver la televisión...en fin, la lista de dudas sería demasiado larga.

Sólo me pregunto qué significa la frase: "La opinión pública quiere esto o aquello". Aunque, en realidad, no me lo pregunto. Sé lo que significa.


Escrito por txema

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3/6/03 15:02


mientras agonizas



Hasta morirse tranquilo se ha vuelto complejo. Ya no descansar en paz, que eso está imposible. Que se lo pregunten a Cristóbal Colón, y a sus huesos viajeros, que habrán de decirnos si era genovés, español o un tendero de Oslo que pasaba por allí. Se ve que la cosa es fundamental por razones que se me escapan aunque, para ir adelantando terreno, envuelven la caja de sus presuntos restos con la bandera española. Siempre el mismo rollo patriotero. Y no el serio. El que me preocupa es el de morirse tranquilo ahora. El de la intimidad de la muerte y el de que no te graben los de una televisión cualquiera mientras agonizas entre los hierros de un coche accidentado. El Tribunal Supremo acaba de condenar a Telemadrid y al director del programa Emergencia a indemnizar con 18.000 euros a la viuda de un fallecido en accidente de tráfico, "por haber emitido primeros planos del rostro del accidentado (...) sin contar con el consentimiento ni de él ni de su familia". Y me parece muy bien. Conste.


Escrito por txema

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