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9/3/04 23:35
calvo
Hubo un tiempo, en algunos lugares, en el que se educaba a los gobernantes en la virtud, las letras, las artes y las leyes; con resultados variables y, en algunos casos, brillantes; incluso con la llegada de las democracias modernas. Hubo un tiempo en el que la estupidez se condenaba con severidad y, en esto, llegó el fútbol como espectáculo de masas (siempre existió un foro populista para distraer al pueblo del pensamiento crítico) y, al igual que los emperadores romanos los politicos acudieron a él, a sus modos y a sus ejemplos simples. Aznar es un ejemplo paradigmático del atontamiento futbolístico y de sus limitaciones y sólo Zaplana emplea más el símil que el ya ex presidente aunque, eso si, en los dos casos se alcanza un nivel similar de pedantería. El primero asegura en una entrevista publicada por Le Monde que asegurar que carece de carisma es "como reprochar a Zidane que no tenga pelo".
Y tiene razón porque es mentecato, al igual que el otro es calvo, por su propia naturaleza. Y sólo en eso. Él y el futbolista son magnitudes incomparables si consideramos que el segundo es inteligente, creativo, discreto y tan bueno en su oficio que despierta admiración incluso entre los rivales de su equipo.
Otra frase, tal vez la acertada, hubiera sido: "Asegurar que carezco de carisma es como reprochar a Julio Iglesias que cante en inglés".
Escrito por txema