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9/5/02 23:04


Proust|la chapa y la magdalena



Esa chapa es una magdalena proustiana en toda regla. La culpa la tiene Lucas, que me llevó a investigar el universo de las chapas y a caer, de pronto, extasiado ante la contemplación de una imagen perdida entre las arrugas de la infancia. [Aquí están todas, y cada uno que se busque la suya]
Supongo que el episodio de la magdalena es conocido por todos pero, por si acaso, conviene recordar que À la recherche du temps perdu [A la búsqueda del tiempo perdido] tiene su origen literario en un momento en el que Marcel Proust se come una magdalena y, gracias a su sabor y aroma, comienza a evocar su vida...a lo largo de siete tomos que componen uno de los mayores logros literarios modernos y también uno de los mayores fracasos [junto al de James Joyce] en la recuperación de discos duros. En todo caso, el que sepa catalán puede leer este magnífico artículo de Víctor Alba (PDF) donde se explican los riesgos de las alusiones literarias. Sin embargo, no me resisto a explicar respecto a Proust, y antes de rememorar el de las chapas, un episodio desternillante. Se refiere al libro Blame it on the "Boulanger". Rise and Fall of the Croissant in Nineteenth Century French Literature. Richard Mealtime. Oxford University Press. Oxford, 1997. En él se convierte, por arte de magia, la magdalena en croissant y no sólo eso, se afirma que Marcel vio en el dulce una "reproducción casi perfecta del pezón materno". [Lo explica Jordi Puntí (en catalán)]


La imagen de la chapa de Kas ha suplido, en este caso, a la magladena. Con sus limitaciones, porque carece de aroma y sabor; sin embargo, su simple observación me ha permitido un teletransporte rápido y cómodo a los juegos infantiles: donde han aparecido con nitidez los perfiles de las calles, los rostros de los amigos, las rodillas sucias y los gritos de las madres desde el balcón. Las chapas, que en su interior contenían, convenientemente recortados en orla esférica, los rostros de los futbolistas y ciclistas predilectos de cada uno, fueron un gran entretenimiento y, a fuerza de golpearlas con el dedo corazón para que se deslizaran en la dirección deseada, acababan convertidas en vehículos de los sueños.
Notas:
---> Información sobre cómo llegan al cerebro las señales de los olores y sabores: www.hhmi.org
---> Una breve biografía de Proust: www.epdlp.com
---> Una aclaración. Nunca pude terminar de leer la novela. Tiempo después entendí que lo importante era intentarlo.

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Me voy unos días de viaje a esta bella ciudad. Aquellos interesados en auténtica chistorra y no en este exótico breakfast sausage están a tiempo de hacer encargos.

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Escrito por txema

    

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