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15/9/02 8:56
marcha atrás
El asunto comenzó con un libro que utilizaban en Argentina, de cuando los Perón dominaban el asunto. Recordé que por alguna estantería guardaba uno de los textos, Amiguitos: Método de lectura, escritura y dibujo simultáneo, con los que me lavaron el cerebro en la infancia. De cuando Franco estaba a punto de morirse pero seguía salvando a España y haciéndonos a todos "más felices". Y también hallé (lo guardo todo) su correspondencia marroquí, en formato de cómic, sobre las hazañas gloriosas de Hassan II.
Pero el problema de revisar las estanterías en búsqueda de viejos libros reside en que encuentras algunos que no buscabas y que, de hecho, hacía tiempo a los que no veías. Allá van unos cuantos: Un método de inglés que ganó un premio en la Exposición Internacional del Progeso Moderno de París, en 1923; la obra de Kant en fascículos impresos en las instalaciones de El Liberal en 1904; un curioso Catecismo de Puericultura del afamado doctor Bosch Marín (1933); una edición de La Isla del Tesoro fechada en 1955; el álbum de cromos Salsafrán, que se completaba a cambio de envoltorios de azafrán o entregando "cuatro pesetas en cualquier establecimiento de artículos alimenticios"; la novela El Cirujano Fantasma, de un tal E. Phillips Oppenheim alias "el príncipe de los novelistas ingleses"; las dos primeras ediciones españolas de Resurrección y 1984; Orsina y el Monstruo un cuento "diorámico" de aire neogótico y escrituras de vete a saber qué propiedades de allá por 1820.
Escrito por txema