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25/10/05 17:00
rosa parks
La imagen de Rosa Lee Parks negándose a ceder su asiento a un blanco es un ejemplo. Además de un icono. No fue la primera, pero llevó la fama bastante bien e hizo mucho, con esa fuerza que tienen los símbolos y sólo ellos, por mejorar la situación de aquellos negros en rebelión de finales de los 50.
La fotografía de aquella costurera de Montgomery queda, en cambio poco o nada nos ha sido reservado de tantas otras mujeres, y me refiero a las nuestras, que hubieron de callar o morir junto a los suyos.
Vivimos un momento en el que los neofascistas campan a sus anchas haciéndose los ofendidos antes los tibios intentos de hacer justicia con quienes fueron víctimas inocentes de un dictador. Vivimos en la tibieza, en el esplendor de la mediocridad, asistiendo a revisiones inventadas de la historia, con miedo a abrir heridas que siguen infectadas y precisan de aire fresco.
La imagen de Rosa Parks tiene algo que conmueve y es universal como la ignorancia contra la que se estrella una y otra vez. Es una mera asociación de ideas. A fin de cuentas, de nada le sirvió cuando un afroamericano la atacó en su casa de Detroit y respondió que ni sabía quién era ella ni le importaba.
Escrito por txema