Han pasado 8288 días
3/2/04 0:53
teta
Es lo que tienen ellos, que asisten impasibles a las mayores atrocidades y se rasgan las hipocresías porque a Janet Jackson se le asome una glándula mamaria (teta, en lenguaje común) en el intermedio de la Super Bowl, un deporte donde una manada de negros de 140 kilos es dirigida por un tío pálido y flacucho que ha de ser, según los esquemas, el inteligente. He visto las imágenes detalladamente (una teta es una teta, no nos equivoquemos) y nos encontramos ante una protuberancia normal, no ajena a la ley de la gravedad, de dimensiones standard y, presumiblemente, manipulada por algún cirujano plástico de Florida (son cosas de la familia). Y en eso tiene razón el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Michael Powell cuando dice que su familia y los americanos, que vienen a ser la misma cosa, se merecen algo mejor que "un número sin clase, vasto y deplorable". Vamos, otra cosa no habrá pero tetas las hay a pares, a razón de dos por mujer y bastante mejor plantadas que las de la Jackson. En eso tiene el hombre motivo de queja, que se investigue sin cesar hasta dar con eje del mal del asunto. Y de paso, que nos aclaren si la próxima temporada se llevarán los pezones cubiertos por pompones plateados. Es por estar al tanto para los regalos y por si, algún día, en la discoteca, le quitamos sin querer la chupa a una vecina; para que no se sienta desprotegida.
Y ya puestos a decir tonterías, no perderse el excepcional pie de foto de la BBC, ni las divertidas traducciones literales; el delicioso titular de Univisión o un adelanto de lo que iba a ocurrir al que nadie prestó atención. No sé para qué tanto FBI.
Escrito por txema
link |
30/1/04 16:49
tiempos
En medio de una prosperidad aparente reinan el miedo, la persecución a aquellos que no comulgan con los principios del pensamiento único y el cinismo de quienes nos gobiernan. En medio de esta sociedad hipócrita en la que nadie es de derechas, sólo las mentiras absolutas brotan de los Urdacis de turno transformando la mierda en flores. Vivimos una vida censurada, con códigos éticos colgando de una barra en los retretes, con leyes y legisladores de distintos raseros y asistimos, con general indiferencia, a continuos funerales de la verdad, la justicia y la razón.
Tiempos de verdades absolutas, licencias para matar y patentes de corso; tiempos que pensábamos pasados y que vemos futuros porque el presente, como dice el oráculo es sólo un artificio que nos sirve para conjugar. Tiempos de sentimientos engominados, frases planchadas con raya y verdugos con corbata; tiempos de vergüenza intelectual y de crecimiento del PIB. Y de su puta madre.
Escrito por txema
link |