Han pasado 8285 días
1/11/04 2:16
notas
El periodismo no es el texto sino el contexto.
Que todos podamos ser periodistas no implica que lo seamos.
La información no es nada sin verdad y es difícil que la verdad sea información. Incluso en la mente de informador.
Las noticias son una mercancía, no un regalo.
Desconfiar de lo que parece objetivo es el primer paso hacia la objetividad.
No hay debate sino monólogos unidos. La conversación conlleva estar predispuesto a dar la razón al otro si la tiene.
El periodismo es una actividad moral y por eso es una profesión poblada de imbéciles, advenedizos y gentes sin escrúpulos.
Las fuentes de información no existen, tan sólo intereses cruzados, amigos y enemigos. En ocasiones alguien con quien te llevas bien, simplemente.
No me interesan las elecciones en Estados Unidos. De hecho, ni tan siquiera me interesan los Estados Unidos.
Escrito por txema
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30/10/04 0:15
Oda a la telebasura
Ocurre lo que ha de ocurrir porque siempre nos enteramos del presente cuando ya es pasado, así que se nos pasan los días corriendo tras la pelota y sin llegar a rematar, como el jugador malo de cada equipo, el que fue un niño gordo o despistado, o el que escribe un plural, éste es el caso, sin caer en la cuenta de la incomodidad que causan las palabras largas (nosotros ocupa más que yo), pero ha decidido seguir porque una vez puesto, o puestos, ya puestos, qué más da el número o el género.
Querida amiga, dos puntos, estoy insatisfecha con mi situación actual. No me gusta lo que leo, no leo, no me interesan las noticias, no sé qué opinar en las reuniones y la edad me impide mostrar la vertical generosidad de mis tetas, podemos decirlo así, en los actos sociales donde triunfaron, años atrás, sus marcadas tendencias perpendiculares. Se caen, como mi vida y, la verdad, ignoró qué buscan en esa dirección.
Querido amigo, dos puntos, te recomiendo vívamente que vacíes los testículos aunque sea a mano. O con Perlán. O a máquina. O que no te indignes. O que te compres un disco en un radio de acción muy amplio. Pongamos en un lado de la balanza a The Strokes y en otro a Camilo Sesto, porque los R.E.M. han endurecido el discurso mientras ablandaban los acordes. O que escribas estupideces. No que las escribas mal, no sea que te den un premio, y no te lo deseo, sino que conviertas la nada en algo bello, como las antiguas tetas de la querida amiga. Y a ver qué pasa.
Queridos amigos todos. Nos hallamos aquí reunidos para celebrar el nacimiento del niño Farruquito y la muerte de la telebasura. Para que un acelerón se nos lleve al otro barrio en un pispás y nos dé ese aire distinguido que sólo los dramas saben dar, que se nos note que tuvimos una infancia dura, que nuestro padre fue un borracho y nuestra madre una puta y, mira, hemos salido adelante, robando carteras a los turistas.
Estimado señor, punto y seguido. Me dirijo a usted. Eso quiere decir a y no hacia, porque si se diera el improbable segundo caso habría una colisión entre usted y yo, cosa indeseable por ambas partes. Entonces, me dirijo a usted. Y ahora viene el momento de decirle algo, es la fórmula, ya sabe, no es que quiera, me obligan, mi supervivencia depende de ello. Mire usted, soy un camionero en paro y necesito ayuda porque ella quiere a toda costa una solución para las tetas, los pechos quise decir, perdone usted, y ya no sé por dónde tirar etcétera, etcétera, atentamente.
Pues yo lo odio, te juro que lo odio, o sea osea, ósea y oscence.
Tenemos con nosotros a diez millones trescientas mil cuatrocientas doce vírgenes y a cuarenta y dos millones doscientos tres mil tíos con pollas de más de veinticinco centímetros. Como vienen empalmados, la cola (la cola de colas, entiéndase) llega hasta Majadahonda e, incluso, según nos informan a Móstoles capital. Vamos con un par de días de publicidad y enseguida los tendremos en el plató. Nos lo van a contar todo sin pelos y tatuajes.
Pues a la Carmen Sevilla la conoce mi madre de un día que la invitaron a la inauguración de un complejo residencial en Murcia, el calor que hacía, no veas, y es tan normal, muy maja. Que da gusto, vamos, que no es una pindonga.
Escrito por txema
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