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16/4/03 22:10
la rubia
A Mariano
A las 00.15 se apagaban las luces del escaparate. Y aquella rubia de porte elegante e impecable chaqueta negra desaparecía fundida con las sombras, como si su anatomía de plástico nacarado formara un bucle con un corazón de movimientos veloces. Pero él estaba allí hasta el último momento, hasta el chasquido del temporizador que marcaba el fin y dejaba sin watios su mirada. No es que fuera la mujer de su vida, pero se parecía mucho a un recuerdo y, frente a la tienda, cuando ya nadie habita la calle, le pedía que se quitara las gafas de sol y sonriera; así durante semanas hasta que, algo enfadado, dejó de frecuentar el escaparate. A la vuelta ella no estaba y sobre la puerta un cartel anunciaba que el negocio había fracasado. Preguntó por el maniquí y por su destino.
-¿Cuál, el de la rubia sonriente? ¡Ah!, si...fue al contenedor, para reciclar.

Escrito por txema
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16/4/03 11:12
joel
El día que mi madre vio un monográfico, no recuerdo en qué revista, de Joel-Peter Witkin me lanzó una de esas miradas de incredulidad del tipo he parido un monstruo. No es que le interese la fotografía, si exceptuamos las de los nietos, ni que le comenzara a interesar a partir de ese momento. Sólo que, desde ese día, cada vez que me veía preparar la cámara, le notaba un escalofrío, como si fuera a destripar a un vecino y a escampar sus restos para componer un artístico bodegón. Sé que Witkin no es un tipo fácil. Se le odia o se le ama. Algunos consideran que es un genio y otros que sus imágenes son repelentes. En mi caso, hay un antes y un después de Witkin (y no por la línea siniestra que ha servido de inspiración a muchos imagineros de pocas luces); su técnica, su manera escultórica de trabajar con los negativos y sus composiciones, su transgresión permanente que eleva a bello lo monstruoso...en fin, nada que no expliquen las fotografías. Advierto de que algunas son muy duras (o lo puede parecer a simple vista) y que, por desgracia, poco tienen que ver las pequeñas reproducciones disponibles en la red con los originales. Pero es lo que hay. Y no tan raro como opina mi madre.

Escrito por txema
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